¿Qué veen en tu aula de clase?

Mostremos con convicción al Dios a quien servimos y que la imagen del Creador se restaure en la humanidad a través de la obra educativa.

Philosophy and Mission October 16, 2019

El trabajo docente es muy exigente si es que se quiere cumplir cabalmente delante de Dios y delante de la sociedad. Además, si se trabaja en el sistema educativo adventista, también se deberá dar cuenta de su quehacer a la iglesia. Ante tantos señores a los que se ha de responder, la tarea se vuelve ardua y cargada de actividades diversas a tal grado que podría, en algún momento, olvidarse del Señor.

Esto me hace recordar dos hechos que contrastan. Uno es mencionado en el segundo libro de los Reyes 20:12 al 19, en el que se relata la visita de los embajadores babilónicos a Ezequías, después de que este recuperaba su salud por la gracia abundante de Dios al concederle 15 años más de vida.

Esa visita hubiera sido una excelente oportunidad para testificar del amor magnánimo del Dios verdadero. Tristemente no fue así y Dios, se lo hizo saber al rey Ezequías por medio del profeta Isaías. Además de la desaprobación de su acción, también se le dio una sentencia con respecto a su reino. 

Este otro caso es una experiencia personal en la que vi cómo las escuelas de iglesia son observadas tanto por propios como por extraños. Cuando trabajaba en una escuela con un edificio muy sencillo, aunque en proceso de crecimiento y de mejora en la planta física, invité al supervisor de la zona escolar de la SEP (Secretaría de Educación Pública) para que nos visitara.

La respuesta del profesor me dejó sin palabras por unos momentos. Me dijo: “Donde está Dios no falta nada y en su escuela está Dios, por lo tanto, no es necesaria mi presencia. 

¿Qué había visto aquel profesor en la docencia y la administración escolar en nuestra pequeña escuela? Parte del patio estaba en construcción; los salones en los que se impartían las clases eran pequeños en su mayoría y con poca ventilación; el mobiliario era muy sencillo. Sin embargo, había un equipo de profesores con una cosmovisión bíblica que impactaba en su compromiso con la misión de la educación cristiana. Cristo era la temática de la decoración de sus aulas y centro de su cátedra diaria. Todos ejercían un liderazgo proactivo en la iglesia; se presentaban al trabajo vestidos de manera decorosa, con planeación anticipada de sus actividades académicas, cívicas y sociales, así como espirituales.

Los padres de familia se sentían parte activa de la comunidad escolar y participaban con esmero; la iglesia local abría sus recintos para recibir los programas que la escuela llevaba; y la administración del campo tenía puestos sus ojos en la institución, prestos para brindarnos la ayuda que se requería. Esto no lo conocía con detalle nuestro supervisor, pero sí podía percibir la atmósfera del cielo que cubría a esa humilde institución por encima de las carencias y fallas humanas que se tenían.

Cuántas veces he fallado como el rey Ezequías no lo sé. Sin embargo, sí sé que en otras, Dios me ha permitido gozar de los resultados sin merecerlo y sin proponérmelo, de manera directa. Por lo general todos los profesores de la iglesia queremos testificar del amor de Dios a través de la obra educativa.

No perdamos el rumbo, queridos maestros. Mostremos con convicción al Dios a quien servimos y que la imagen del Creador se restaure en la humanidad a través de la obra educativa, porque redención y educación son una (La Educación, pág. 29).

Author

Lorenzo Tello

Me formé en la Escuela Normal como profesor de Educación Primaria y la Licenciatura en Ciencias de la Educación con especialidad en Lengua y Literatura Española, ambas carreras en la Univerdidad de Montemorelos. Tengo estudios de posgrado en Lingüística Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México. He enseñado en la escuela primaria, secundaria y preparatoria en varias escuelas de la organización de la Iglesia Adventista de Méxixo; así como, en el nivel universitario y en el posgrado en educación en la Universidad de Navojoa y de la Universidad de de Montemorelos. Cumplí funciones directivas en todos los niveles. Actualmente estoy entrando al plan de jubilación que la Iglesia tiene; trabajé 43 años por la gracias de Dios y mi última función fue la dirección de la Facultad de Educación de la Universidad de Montemorelos.

    1 comments

  • | November 7, 2019 at 1:31 pm

    Me gustó mucho esta experiencia en un colegio de nuestro país, me imagino que en todos nuestros colegios se debería mostrar ese ambiente tan favorable; alumnos, padres de familia y quienes visitan se sientan bien en un ambiente en donde se encuentra Dios de manera permanente.

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